Como andan, al fin me dejan escribirles. Les quiero contar que ya no estoy tan enojada, digo tan, porque obligarme a venir a acá fue pésimo de su parte, pero sólo el obligarme porque este lugar ¡es lo más! No sé por dónde empezar a contarles, o sea estuve 2 días comiendo sólo pan porque no sabía prender la hornalla de la cocina. Nos enviaron a unas cabaña, se podía compartir con alguien pero como estaba enojada, -¡debo admitir que estaba muy enojadaaaaa! Jajajaja; les juro, pero ya pasó-. En fin, me vine sola pero la comida que nos dejaron estaba cruda y sólo disponemos de una cocina del siglo pasado que funciona a gas para cocinar, en esas cocinas hay que prender fuego; –es increíble, casi muero cuando me vinieron a mostrar-, ¡fuego! -lo pueden creer que cosa más vieja y espectacular-. Igual que el ventilador, hace un calor terrible, ese aparato no funciona sólo sopla el viento caliente, y los mosquitos, yo había leído de los mosquitos y las enfermedades y cómo fue que crearon el perímetro sonoro en las ciudades y acá está lleno, me picaron y no me enferme, –estoy bien-. El agua del río tan marrón, el césped tan pinchudo, las abejas siempre se meten en mi vaso, a mí me dan mucho miedo, salto cada dos por tres de la silla jajajaja, cada dos por tres dicen a cada rato y yo lo repito, pero no entiendo que sería el 6.
No soy la única acá está lleno de chicos, y no tan chicos, todos adictos veneradores de las redes como yo, la coordinadora dice que el primer paso es reconocer que somos adictos, –así que acá estoy le dije, en pleno siglo XXII viviendo en un campamento hippie del siglo XX-, todos rieron, pero yo lo dije enojada porque recién llegaba. Ahora me rio de los berrinches de los nuevos que ingresan los fines de semana.
No fue fácil los primeros días, extrañaba la pantalla la realidad virtual, mis seguidores,-“sniff”- , y todavía los extraños, acá dicen que es normal, que lo importante es encontrar un balance entre el contacto personal y las redes, que es más importante cuidarse y agradarse uno mismo que agradarle al resto y de a poco voy entendiendo.
No lo van a creer, pero me hice amiga de CHAF, –él también está acá-, el tipo con más seguidores del mundo hispano hablante, -“¡hola! es mi amigo”-. La verdad que es más bajo de lo que pensaba y después de un tiempo te das cuenta que es bastante aburrido, más cuando llora y no te dice porque, pero como es tan famoso yo sigo siendo su amiga.
Extraño un poco verlos a ustedes, el olor de casa y al Arko; acá también hay perritos y son lo más, siempre los podés abrazar cuando te dan ganas de llorar de la nada, aunque CHAF se los acapara -es taaan aburrido-.
Todavía me quedan dos meses más de campamento y al fin aprendí a cocinar tortas, me quemé la mano con el horno tres veces y mi observador está preocupado, pero yo le digo que sólo soy torpe; se acuerdan cuando estacioné el jetcar al borde de la plataforma y cayó, lo mismo, pero duele más quemarse.
Creo que nunca había escrito en un papel y menos una carta, acá hice cosas con mis manos y mi cuerpo que nunca imaginé que haría, caminamos por horas y nos metimos a un brazo del río que no tiene corriente, –esto es increíble-. Gracias por preocuparse por mí y por quererme tanto a pesar de toda mi ausencia este tiempo, los amo.
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