39 minutos para recuperar una emoción 47 años después

39 minutos para recuperar una emoción 47 años después

24 de octubre

13:30.

El sonido del «wasap» me interrumpe la siesta. Es un mensaje de mi amiga Albi.      Publica en la misma editorial, escribe.

Y me reenvía el link para acceder a un artículo de Página 12: “Sal de sangres en sangre” … arrestada en 1975 en Rosario y liberada en 1978 bajo el régimen… debajo de la fotografía de Alicia Kozameh. No me molesto en cliquear para acceder a la nota porque justamente esa mañana José Luis, mi marido, me había llamado para que mirara el artículo. A partir del apellido, él había vinculado a la escritora con el Dr. Kozameh que había sido su profesor. Es la sobrina, me había dicho en ese momento. Entiendo que Albi me dice que Alicia publica en Alción, donde yo había publicado recientemente mi novela.

             Sí, le contesto.

13:31

    Era una compañera de Rosario, escribe Albi.

             Leí la nota. Conocimos al tío.

13:32

     Ah, mirá vos. Hay uno dedicado al él.

Albi da por supuesto que habiendo leído la nota ya sé que este título es el quinto de una serie de libros con referencias autobiográficas.

Despierto a José Luis y le comento que estoy hablando con Albi de la escritora, sobrina de Kozameh, la misma de la que habíamos estado hablando por la mañana.

          Era un gran tipo. Era del PC. La prima, hija del médico, era compañera mía en la facu, escribo sin pensar demasiado.

Dudo. Consulto con José Luis: ¿Kozameh era del PC?

Zurdo era, no sé si orgánico del PC, me contesta entredormido

13:37

     Uy. Mirá vos. Mari, ella me pregunta si lo conocías al tío.

Demoro un ratito la respuesta para aclararme un poco la memoria chequeando la info con José Luis, que intenta seguir con la siesta. Al leer “ella me pregunta” supongo que además de chatear conmigo, Albi está chateando con su compañera Alicia Kozameh, la de la foto en Página 12.

          Sí. José Luis fue alumno de Kozameh. Trabajaba en el Hospital Carrasco. Era Jefe de Neumonología. Era muy querido por sus alumnos. A mí me extendió una vez un certificado médico. ¿Está acá tu amiga?

13:39

     No. Vive en California. La vi hace dos años, pero estamos siempre comunicadas.

          Ahhh, contesto.

Pienso que Albi hace referencia a sus periódicos encuentros con ex detenidas políticas. Estuvo presa durante la dictadura y conserva una relación cercana y frecuente con las mujeres que compartieron el espacio de la cárcel.

     Tiene muchos libros escritos. Hay una obra de teatro de la que hizo la puesta en Buenos Aires, me cuenta.

          ¡Qué bueno! Tal vez nos cruzemos alguna vez. Te voy a dar un ejemplar de mi novela para que le des cuando vuelvas a encontrarte con ella.

14:01

Albi me reenvía la fotografía de la tapa de “Sal de Sangres en sangre”, de Alicia Kozameh publicado por Alción Editora y la foto de la contratapa donde hay dos párrafos, uno sobre la escritura y otro sobre Kozameh. En el segundo dice: “Este es el libro de Eduardo P. Kozameh, que lo reivindica con sus deslices y sus corduras, con sus afectos, sus apasionamientos y sus temores. Con su fino sentido de la justicia y su criterioso equilibrio de la libertad. Y en él estamos nosotros. Sería egoísta no reconocer que en la mención de mi nombre dentro de estas páginas está contenida esa inmensa cantidad de estudiantes que lo admiramos y amamos por su infinita generosidad.”

     Esto escribe Taboada, un discípulo, aclara Albi.

          ¿La tenés?, pregunto pensando en pedirle prestado el libro.

     No. Vamos a tratar de conseguirlo a través de la editorial.

14:03

     (Reenviado) Albita, el segundo párrafo es lo que te digo. Mandáselo a tu amiga. Besos!!!

Le cuento a Albi:

          Le leí a José Luis la contratapa. Se emocionó.  Yo lo recuerdo con sus anteojos de grueso marco oscuro. Sonriente y cordial. Lo que es la memoria. Tengo grabada su imagen y solo lo vi cuando me hizo el certificado médico. José Luis lo tiene más presente. Fue un impacto grande para todos sus exalumnos cuando lo mataron en el 74. Fue uno de los primeros muertos de la Triple A.

Agrego emoticón con lágrima.

14:05

     (Reenviado) Sí. Fue el primero o el segundo. Me emociona lo que dicen tus amigos, Albita. TIENEN que leer el libro. Allí están también sus anteojos (y su pipa).

14:09

          Albi, si no encargaste el libro, le mando a pedir dos ejemplares a la editorial. José Luis quiere leerlo.

     Dale, Mari.


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