EL boomerang y la luna

KANAK: El Arte es una palabra

Descubrir que en Oceanía existía un pueblo con una amplia cultura que no incluía la escritura resultó, en primera instancia, sorprendente y, después, extraño, muy extraño. Profundizando en la exposición sobre la cultura Kanak podía encontrarse  que tenían enormemente desarrollada la oralidad. No solo se transmitían las historias de los viejos a los jóvenes, sino que potenciaban de forma natural pero firme dicha facultad. El jefe del poblado, siempre un anciano, se dedicaba de forma intensa a hablar, platicar, con los vecinos y los visitantes. Era una de sus funciones. Narraba las historias, las costumbres, las creencias y…, ¿cómo no?, los cuentos. —¡Qué memoria! Literatura oral como en la famosa obra de Ray Bradbury—

Aquí leo un pequeño cuento de la tradición australiana: El
boomerang y la luna.