(ESCRIBO EL RELATO HABLADO. EL DIALECTO ES DIFICIL DE ENTENDER)

«Ja! Esa noche fuimos con el Carlos caminando. Verano era. Al Carlos le caminaba el loro por el hombro, después lo paso pa’l lado mío. Estábamos tostados de tanto estar en el agua del arroyo…

¿Cómo se llamaba el loro? Me olvidé.

El loro dormía con Lucero cuando quedaba solo, un mes entero. Dormía a la par de él y lo tapaba. Y comía con él. Entonces el loro agarraba cuando Lucero terminaba de ver tele y de tomarse un vino solo, le decía:

-¡Vamo’ a dormir, viejo! ¡Vamo’ a dormir!

Y cuando veía que veníamos con el Carlos decía:

-¡Ahí viene’ lo’ vago’ ! ¡Viene’ lo’ vago’! Lo’ vaaago’, eh, lo’ vago’.

Era un hijo e’ puta, era. ¿Cómo mier…? ¡Matías! Matías, ¡ese! ¡Matías!

Una mañana estaban blanco los pastos, viste, y me fue a buscar el viejo a las casas a mi. Yo había tomado unos mates, y le digo:

-Vamo’ Lucero a buscar unas leñas- le digo- para la estufa hogar…

Bueno, cortamos unos troncos ahí, y veo que el viejo viene con la leña y con los lagrimones y le digo:

-¿Que te paso? – le digo- ¿Algún problema con la señora, con el hijo…?

-No hermano…no. Matías

-¿Que pasó con Matías?

-Matías…me lo mataron, hermano- me decía Lucero.

-¡Poooo, que lo parió! – decía.

-Si, se me escapó ayer a la tarde arriba de un monte-dice- y no lo pude bajar. Aparecieron las plumas esta mañana

Claro, se lo comió un gato montes, viste.

Estaba tristón el viejo Lucero, porque el viejo cuando se sabia mamar lo acompañaba de costado y lo iba mirando el Matías. Lo iba mirando y lo acompañaba hasta la pieza para que no se cayera. Mira vo’ lo que era el bicho…
Buenísimo.»

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS