El elefante encadenado

Me topé con este famoso cuento a través de una obra de Jorge Bucay que mi madre me regaló hace años y desde entonces no he dejado de pensar en él.

«El elefante encadenado» cuenta la historia de un niño que va al circo con su padre y queda sorprendido con la actuación de un elefante que sorprendía con su tamaño y su fuerza descomunal.

Después de su actuación el niño ve cómo el elefante queda atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena sujeta a una de sus patas. Una medida que al niño no le pareció que pudiera ofrecer ningún tipo de resistencia ante la inmensidad y fuerza del animal en caso de que éste decidiera luchar contra ella.

El niño le pregunta a su padre precisamente por qué el elefante no se escapa. El padre supone que el elefante deberá estar amaestrado, ya que es evidente que, si quisiera escapar, podría hacerlo. Pero, si el elefante estuviera amaestrado, ¿por qué deberían encadenarle entonces? Ante eso el padre del niño no encuentra respuesta, se encoje de hombros y ambos se quedan con la duda.

¿Cómo es posible que nadie haya caído en la cuenta?

Es entonces cuando una sabia persona del público que había escuchado la conversación se acerca y responde a la gran pregunta: el elefante no se escapa porque lleva encadenado a la misma cadena desde que era muy, muy pequeño. Seguramente el elefante luchara día tras día por liberarse de la cadena cuando era un bebé y nunca lo consiguió. 

El poderoso elefante no se escapa porque cree que no puede.

De pequeño lo intentó y no pudo y ahora, sencillamente, ha dejado de intentarlo.