Erase una vez; en una hermosa Villa, moraba una elegante y presumida gata blanca, de gran pelaje, finos modales, aptitudes de baile, hija de aquellos señores que nunca tuvieron hijos; educada por institutriz y un profesor de danzas; lo cierto es que entre tantas comodidades Sofia; porque ese era su nombre; estaba triste, aburrida.
– ¿Que me hace falta? No sabia, disfrutaba de grandes manjares; una dieta que mantenía su figura; se tongoneaba de un lado a otro.
Evidentemente no era feliz; cierto día pudo divisar un pequeño agujero y en el, allí parado frente a ella un vulgar ratón gris de aspecto asqueroso, dijo llamarse…Doroteo….
Sin preámbulo alguno ella le propuso un trato….
_Mira necesito estar en forma, yo te consigo comida y tu en cambio te dejas perseguir, es un ejercicio que necesito.
Doroteo ni lo pensó, estaba hambriento…
-Acepto.
Solo pensaba.
-¿Que se traerá entre manos esta gata loca?#bocadillo
Cierto era,que por la mente de Sofia solo le imaginaba, como un exquisito platillo, le quería engordar, lo que fuese necesario y así disfrutarlo al máximo.
Transcurrian los días y Doroteo por la gordura ya había perdido toda agilidad, Sofia le ponia sancadillas, que el sagazmente evadía y disfrutaba; se lo imaginaba de todas formas… a la parrilla, al horno.. en fin..pero sin darse cuenta en ese ir y venir, se habia enamorado y decidió perdonarle su vida.
Estaba tan enamorada que le quiso presumir, Doroteo nunca había salido de ese agujero.
Le llevo a museos, al teatro, recorrio la ciudad por ultimo a un viejo zoológico; le mostró animales, tigres, jirafas, monos, y a su amigo elefante, el; fascinado entró a su jaula y ¡plottttt! increíble; acabo estripado por aquel gigantesco animal que solo le temia a los roedores, desplomado sobre el, acabaría con su diminuta humanidad.
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