Cuando sopló el viento, las hojas y los insectos buscaron refugio al lado de un muro semiderruido; allí, desde el andén del cementerio, podían ver pasar el tiempo y no preocuparse; tenían lo que necesitaban, seguridad.
Quienes más felices estaban esa tarde, eran los Dientes de León; anclados entre las fisuras del andén se mecían y reían alegremente.
-¡Pronto volaremos!- decían.
Pero al mirar hacia la izquierda, vieron algo que los llenó de dolor. El más alegre de ellos estaba siendo devorado por un gusano. Hubo quejas, estremecimientos y sollozos.
-¿Por qué pasa esto?-se preguntaban.
-No se preocupen- dijo con lágrimas en los pétalos una margarita silvestre. -Quien se lo está comiendo es la gusana de sus sueños. Se conocieron hace algún tiempo y por amor, él le propuso convertirse en un solo ser. Lo pensaron varios días y acordaron que cuando el viento arreciara, ella lo comería para no separarse nunca. Ahora empezará su sueño y luego se convertirá en una bella mariposa. Ahí es cuando juntos volarán libremente.
-Éste sitio ha sido escenario de muchas cosas y hemos visto pasar casi a diario a la muerte; pero lo más bello de todo, es el amor- dijeron.
Patricia Vega.
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