Idiomas, ¿barreras? o un chiste.

Idiomas, ¿barreras? o un chiste.

Me voy a tomar ciertas libertades en este ensayo. Voy a ensalzar ciertas características de los personajes, que no necesariamente significan un aspecto definitivo de su personalidad habitual, pero que tienen preponderancia en la forma como llevan su vida.

Un gran amigo mío me llama con voz agitada y me dice que lo habían arrestado en el aeropuerto. No solamente es amigo, sino que hemos sido compañeros de trabajo y, dado el rubro en que nos desempeñábamos teníamos viajes al extranjero de forma casi frecuente.

En dichos viajes nos llegamos a conocer, tanto así, que algunas veces nos reuníamos con nuestras esposas en eventos formales e informales. 

Él y yo adquirimos ciertas costumbres bohemias, como la de ir a bares y especialmente aquellos que tenían dardos para jugar puntería. Nos reuníamos para tomar licor (Happy hour, tragos a tres por el precio de dos.) y jugar a los dardos. Hacíamos competencias y a veces equipo con otros fanáticos de los dardos. En el bar podías pedir prestado dardos, pero nadie lo hacía. Todos, o casi todos, llevaban su caja de dardos personales que habían comprado para estas ocasiones.

Ya se pueden imaginar el conflicto latente con nuestras esposas por ir demasiado frecuente, para sus gustos, a bares en las zonas con mayor movimiento en la ciudad. Mi amigo se vio forzado y también disfrutándolo, a crear un ambiente en su casa que sirva como un salón de juegos.  El detalle se encontraba en que parecía estar diseñado específicamente para ese propósito. La distancia al paño de dardos era la reglamentaria, definida con una cinta adhesiva amarilla que no podías pisar o se te descalificaba tu tiro. Contaba con un urinario sin puertas, ni paredes, para que pudieras orinar de manera frecuente, por estar libando cervezas, y no tengas que perder tanto tiempo buscando un baño. Un urinario disponible en la esquina de una habitación, expuesto al universo. En otras palabras, había creado su guarida. Además y sobre todo, ahora las esposas sabían que no estábamos en un bar, con todos los riesgos que eso pudiese implicar y por los ángulos con que se desee interpretar la palabra «riesgo» de ir a un bar. Los generos por lo general no piensan igual y siempre hay alguno que se siente algo más inseguro.

Era necesario definir los alcances de su potencial comportamiento para poder pensar en los posibles escenarios de un arresto en el aeropuerto.

– Demetrio, necesito que llames a alguien para que me ayude, ya que me han detenido en el aeropuerto.

– Dime: ¿de qué se trata?

´- Es que me están arrestando por tráfico y violación.

Ok. Esto no es algo natural, ni esperable. Por mi mente pasó que: Haya viajado ebrio y se metió en problemas, discusión o algo…si cabe dentro de las probabilidades. Nosotros de regreso de viajes de trabajo, hemos subido ebrios al avión. La pasamos enamorando* a las aeromozas para que nos inviten más licor, dado que en clase económica hay un límite de servidas. Y al final, encontrábamos la forma que nos invitaran libremente todo el licor que se nos antojase en el área de los baños, al fondo de la cabina principal . Contraviniendo todas las normas de la aviación comercial.

*Nota del autor: No es que me importe o no lo que pueda pensar mi ex esposa sobre mi comportamiento al viajar, pero por consideración a mi amigo hago esta aclaración. Enamorando a las aeromozas, significa «metiéndole letra» a ellas. Buscarle temas de conversación, hacer algún comentario de alguna situación que ellas hayan tenido de lidiar. «Romper el hielo». No hay ni hubo intensiones subrepticias ni otro tipo de interés, solo el que nos permitan un bar libre durante todo el vuelo, a cambio de conversar lo que ellas prefieran y divirtiéndonos en el ínterin.

-¿Qué? No entiendo nada. ¿Estas trayendo drogas? -le dije.

– Nooo, no seas loco. ¿Quién va a traer drogas al Perú?

– ¿Violaste a alguien?

– ¿En serio me haces esa pregunta?

– Lo siento, es que no entiendo nada.

Lo que se trata, es que como me he venido vestido de una manera muy casual debido a los días libres que me tomé… camiseta vieja, chanclas, bermudas raídos, sin afeitar durante varios días (y probablemente con cierto tufillo a alcohol), me separaron de la fila de ingreso. Como tienen que cumplir con el procedimiento para estos casos, me buscaron en la computadora y salgo con un «Traffic Violation» que me registraron en el sistema una de las veces que viajé a los Estados Unidos.

Eso es solo una violación de tránsito. (Te pasaste una señal, diste una vuelta inapropiada, te sobre paraste en paralelo esperando a alguien o te tomaron una foto con esos sensores de velocidad que hay en todos lados.)

Sí, eso es lo que les he dicho, pero ellos han traducido Tráfico de armas, drogas o cualquier otra idiotez y Violación de una persona. Por favor llama a algún oficial de alto rango para que me ayude a esclarecer esto.

Bueno, la historia termina en que, luego de más de un par de horas que mi amigo estuvo detenido y que al principio lo miraban de forma suspicaz y amenazante, termina saliendo entre risas, sonrisas y disculpas. Aunque estoy más que seguro, que en su cabeza debe estarse acordando de toda la familia del trabajador del aeropuerto que lo sacó de la fila por ser alguien «sospechoso». 

Corolario; El idioma para muchos sigue siendo una barrera, pero creo que estamos encaminados a que nuestra computadora portátil, la que llevamos siempre en el bolsillo o el bolso (nuestro celular), lo va a resolver pronto. Tampoco les vendría a mal a algunos países invertir más en la educación pública de sus ciudadanos.

@Demetriotoal en tweeter.

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