1
Me senté y rápidamente observe a un hombre hablando
¿Quien es este? Me estaba preguntando.
Un hombre común y corriente, ¿Quien sera?
Cada vez que le escuchaba hablar. Me comenzaba a fastidiar.
2
Y sin simular, tocaba el hombro de mi hermano
Le decía a través de señas que estaba fastidiado.
Cuando la voz del predicador dice; Dios nos saca del lodo cenagoso
Lo encontraran loco pero, ese fue el momento en que mis ojos se querían hacer agua
Pero resistí y mi orgullo no se doblegaba.
3
El predicador contaba una historia. De un hombre que no tenia que comer o beber
Y aun sin embargo Dios le sostuvo, enviando a un vecino.
Este hombre daba gloria a Dios por escuchar su oración.
Y aunque sorprendente sonara
Sentí como mi corazón era penetrado con un material afilado
En seguida me llevo a recordar
Todo lo sucedido en mi hogar.
4
¿Que me sucede? quise preguntar
Pues la palabra de un hombre nunca antes me había tocado tanto.
Toco mi alma esa palabra y por lo tanto
Sentí como un desprendimiento.
Sentí el corazón apuñalado
Y con dolor en mi corazón, hacia que mi mente dijera; gloria a Dios
5
Era un dolor indescriptible
Porque aunque me lastimaba sentía que me sanaba
Mi corazón estaba siendo como despedazado y pisoteado
Pues tenia capa dura
No parecía de piedra sino de cristal.
6
Débil y frágil por dentro en las manos de Dios
Mi alma siendo quebrantada pero no mostraba ninguna expresión.
Solo me hacia el fuerte, hasta terminar la predicación
7
Y desde ese momento
Le entregue mi corazón a Dios.
Y no tengo trabajo mas grato
Que hacer la obra de quien me rescato.
OPINIONES Y COMENTARIOS