Cuando era pequeña, con ¿seis años?, estaba obsesionada con que quería ser enfermera. Tenía una amiga en el pueblo que lo estaba estudiando en la universidad de salamanca, y para mi ser como ella en ese momento era como ascender al olimpo.
Más tarde, al cumplir los nueve años, cuando comencé a pasar muchos días en verano en una finca de la provincia de Salamanca, me entró la curiosidad por el mundo del campo; pero no de una forma cualquiera. Lo que yo quería era tener una granja escuela y ser la encargada de enseñar los animales a los niños, pero sin mancharme las manos. Para eso, tendría empleados.
Posteriormente, me hablaron de la traducción e interpretación; no recuerdo ni cómo ni cuándo. Y bueno, me gustan los idiomas, por probar…
Algo que he tenido siempre en mente era de dedicarme a la música. Siempre me ha gustado mucho cantar y me dicen que lo hago bien. El problema es el de siempre: ¡El mundo de la música es muy duro! Supongo que siempre estará como segunda opción…
Otra opción son los estudios alemanes. Llevo un tiempo obsesionada con el país germano, y me encantaría estudiar su lengua y su cultura más a fondo. De hecho, me habría encantado poder estudiar en el país.
Que ¿qué quiero ser de mayor? No tengo ni idea…
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