La tragedia de la Millenials.

La tragedia de la Millenials.

Rocxybepach

11/05/2018

La Millenials después de veintidós horas de viaje en flota, llega de su pueblo a una ciudad desconocida en busca de mejores oportunidades, allí, se arrima a un pariente quien le da posada por unos días…

Se levanta muy temprano con una actitud positiva como le enseñaron en aquel taller de neurolingüística al que asistió y que tuvo que pagar para poder graduarse de su carrera técnica. Ingresa a las páginas de empleo para postularse a diferentes vacantes, pues, un millenials colombiano tiene claro que, al menos que monte su propia empresa terminará trabajando en algo para lo que no estudió, y qué, su cartón sólo servirá para llenar un espacio más en su hoja de vida, pues, de nada sirve tener los estudios, si no hay experiencia y esa es la más difícil de adquirir, ¡todos se la niegan! Se sorprende al ver que ¡son muchas las empresas que necesitan personal! Y con una gran sonrisa se dice: Con tantas vacantes, esto será fácil, ¡Aquí está mi oportunidad!

Pasan los días y no la llaman, pero ella continúa postulándose día tras día. Se encuentra con algunas ofertas que tienen lugar, fecha y hora en el aviso, por lo que se dispone a asistir a esas convocatorias masivas sin tener claro que tipo de cargo es.

Llega al sitio con su hoja de vida en la mano y los documentos solicitados. Vestida con su mejor traje, peinada y maquillada de acuerdo a la ocasión. Pregunta a la recepcionista por la vacante del anuncio, y ésta, le señala que le pase su hoja de vida y espere en la sala. Allí, se encuentra con más de treinta personas que vienen por la misma vacante, tal vez, con más experiencia y mejor preparadas que ella, pero eso no le asusta, pues tiene confianza en si misma.

Después de dos horas de espera, los hacen pasar a otra sala, y ahí comienza el primer filtro, las famosas pruebas psicotécnicas. Al terminarlas le informan que de quedar preseleccionada, la citaran a una entrevista con la psicóloga, y sin más se marcha.

Pasan algunos días y la llaman a la entrevista, entusiasmada se dirige a la empresa y al llegar se encuentra con un grupo mucho más reducido que al principio, todos esperando a ser entrevistados. Llega su turno, con nervios pero con muchas ganas de obtener el empleo se dirige a la oficina donde la esperan.

La psicóloga le pregunta a cerca de su vida, su familia, sus estudios y su experiencia en el campo laboral. A todas respondió con una mirada fija en su entrevistadora, en tono amable y sin mentir en cosa alguna. Finaliza la charla y la psicóloga le dice que espere en la sala porque si es seleccionada tendrá otra entrevista ese día. Así lo hizo, y al cabo de dos hora más la llamaron, esta vez, debía hacer una prueba con dos psicólogos, en ella, debía demostrar sus habilidades. Le indicaron de que se trataba y así continuó…

Terminada la prueba, le dicen que si sigue en el proceso la llamaran a una última entrevista con gerencia, con gesto agradecido aceptó.

Ella, no paraba de ir a múltiples entrevistas, todas con las mismas exigencias, filtros y protocolos que la primera.

Tiempo después cuando ya no pensaba que la llamarían de la primera empresa; la llamaron. Muy feliz de llegar hasta el último filtro se dirige a su entrevista, toca la puerta y la hacen seguir, se enfrenta nada más y nada menos que al gerente de la compañía, un personaje no muy bien parecido, de saco y corbata, maletín con clave de seguridad y aparentemente muy intelectual. Éste revisa su hoja de vida y la mira fijamente para preguntarle, si ella sabe ¿qué cargo es? ¿el horario que va a tener? y ¿cuánto va a ganar?. A lo que ella responde que, le dijeron que esos datos se los daría él.

Comienza el hombre a hablar, y le informa que busca a una persona profesional, con dos años de experiencia, que sepa hablar inglés, que tenga muy buena presentación personal y que en lo posible viva al norte de la ciudad. Sin rodeos, le deja en claro que ella no cumple con el perfil. Asombrada de escucharlo le pregunta, ¿cuál es el salario que esta persona devengaría? A lo que él con mucha seguridad responde: ¡El salario mínimo!

Desconcertada de su respuesta, lo mira a los ojos y con tono curioso le dice, ¿qué cargo tan importante es ese, para que hagan un proceso de selección tan riguroso, exigan un perfil de la talla como el que me mencionó y estén dispuesto a pagar un sueldo tan miserable? Muy serio, como todo un gerente de empresa colombiana, contestó, ¡El de aseadora!

Autora: Rocxybepach!

Bogotá, Colombia

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS