Eran finales de diciembre, concretamente la noche de fin de año, bueno, más bien el día que la precede. Ese día entraba a las 11 del medio día y yo solía despertar un par de horas antes para preparar el uniforme, coger el bus, etc.. pero mi vecina esa mañana se encargo de espabilarme hacia las 8 más o menos, con un ritmo sanguinario; por lo visto, la sangre huele menos por la mañana, y lo de descuartizar a aquel pollo era bastante urgente o eso me dijo cuando salí a quejarme a la ventana por la pura impotencia de saber que no me daría tiempo a volver a conciliar el sueño antes de que la puta alarma sonase. Empezaba bien la cosa la verdad, todo parecía seguir su orden de sucesos, no era la primera vez que mi vecina me despertaba apalizando cadáveres. Era bastante abierta pese a su edad.

Aún así llegue tarde.

En el bus de camino al curro iba rememorando una conversación con uno de los jefes de mis jefes, que tuvo lugar hacía un par de semanas. La cosa fue que llegue 5 min tarde, y a pesar de la cantidad de veces que debia abandonar mi puesto unos 20 o 30 min más tarde de lo acordado por inconcluencias de personal y turnos, esto les pareció algo intolerable a esos perros, asique confiando en que me amedrantaría, el susodicho ‘superjefasosuperstar’ se encargo de comunicarme que si está gravísima incidencia se volvía a producir, él mismo procuraría que nunca jamás encontrase trabajo en aquella isla.(que por lo visto creía controlar, dandole a su ego un toque bastante ridículo)

Yo no dije nada, solo al salir de la conversación tuve la certeza de que debí haberle asfixiado con el cinturón, (o intentado almenos, ede decir que era bastante más enorme que yo,)o nose, no sabía cómo reaccionar ante aquel tipo de chantaje, debí haberme cagado en sus muertos joder, y salir de allí con todos mis valores intactos.

La cosa fue que no lo hice, necesitaba el dinero, y en su conversación quedó claro que ellos estaban convencidos de que yo era un chulo y que salía cada día a disfrutar de la noche, y les entiendo, mi excusa de que prefería leer o escribir no era creíble del todo… si se mencionaba, le daban un tono superfluo que me hacía quedar como un mentiroso, pero a mi, sinceramente, me sudaba los cojones lo que pensasen.

Finalmente llegue al curro y desayuné en el comedor de personal, que básicamente era una sala mediana donde se servía comida para los empleados por cortesía de la casa, en definitiva, la bazofia que ni los guiris eran capaces de digerir.

Aquel día mi estómago no pudo soportar el estado de la comida, y termine por encontrarme mal al poco de comenzar el servicio. Se lo comunique a mi metre, el me dijo que si me iba era definitivo,(inyectandome en el cerebro la conversación que repasaba en el bus) pues lo atribuía a una borrachera, y yo salí de allí sin nitansiquiera responderle. Avancé por el interior de hotel dirigiéndome a la recepción con una mano en la barriga, la cosa se ponía bastante repugnante, odiaban que los trabajadores saliesemos por recepción y yo lo sabía, (los recepcionistas dejaron claro que también lo sabían) pero la verdad, no quería continuar con aquella discusión, necesitaba aire, y esa era la vía más rápida a la calle.

Por fin fuera creí sentirme mejor durante un instante, un instante que desembocó en un caño negruzco que fue a parar a su vez al parachoques trasero de un bonito coche blanco que había en la puerta, no lo reconocí por la rapidez de lo que estaba pasando y por las lágrimas del esfuerzo que vomitar requiere, aunque lo intuia. Al terminar me confirme a mi mismo que le estaba potando el Mercedes al altísimo jefe ese que tanto me sudaba los cojones, y tocaba, por el simple hecho de las palabras que de su boca toleré. Me sentí sanado, limpio, aquella indigestión pudo ser del beicon pasado o quizas la personificación del más puro sentimiento de rechazo al abuso de poder que mi cuerpo supo encontrar dada mi cobardía, respeto, o vergüenza como lo quieran llamar. Quien sabe. Luego de eso me incorporé, me encendí un cigarro para el gusto de la boca y me marché entre miradas de asco de los clientes del hotel, cómo si no pudiese respirar su puto aire… no iba a volver por allí nunca más. Espero que les vaya bien.

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