Ya qué, ya fue

Una carrera terminada y los deseos de empezar a trabajar. Una vacante a la vista y una llamada para cuadrar la entrevista. Que no. Que no es lo que buscamos. Que le falta experiencia. Otra vacante. La misma hoja de vida y otra entrevista que no fue bien vista. Otro no. Otro sueño destruido. Otro anhelo molido. Si no fue esa, otra será. Otra vacante que me interesa y la exigencia de experiencia que nunca cesa. Quién sabe si está vez siquiera me llamen a esa.

Más meses que pasan y nada. Esto no me agrada. Ya lo he intentado más de doce veces. Doce, y no trece, por aquello de la mala suerte. Aunque, qué mala suerte, si mi perro ya ni me muerde.

Empiezo a sentir que necesito hacer algo. Un empleo estaría bien. La experiencia del empleo siempre me ha llamado la atención, aunque haga rico a otro sin intención. No es que quiera tener a alguien que me este mandando, sino ver qué tanto podría aguantarlo. Lo de trabajar en equipo no me da miedo, eso me importa un bledo. Mi carácter fuerte, aunque que no me ha traído suerte, es el que no me ha dejado desfallecer.

Ya no me acuerdo cuánto tiempo ha pasado, o si acaso me habré chiflado. Todavía sigo sin empleo. Mis amigos preguntan que qué pasa, que por qué no abro una empresa, o ¿soy yo el que pregunta? –creo que soy yo, no recuerdo a ningún amigo–. Como si fuera tan fácil a esta edad emprender algo. Quién confiaría en alguien en quién nadie ha confiado. ¿Será que no les gusta mi foto de perfil? No, no creo, siempre he sido guapo, incluso ahora que tengo canas y estoy perdiendo el brillo de la piel. No sé cuántos años más me queden, o si acaso todavía estaré vivo, porque ya casi ni me desvivo.

Setenta años y nunca trabajé, eso sí, no porque no quisiera, sino porque no había nada para mí afuera, y ya qué, ya fue. Me pregunto si los que trabajan son felices y comen perdices. A mi las perdices no me gustan, soy vegetariano, tal vez por eso no fui tan feliz. Aunque, creo que hay que ser feliz antes, para poder comer perdiz después, y no al revés. Igual ya qué, ya no quiero trabajar.