ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

La adrenalina corría en ese momento por mis venas, mis neuronas hacían sinapsis en milésimas de segundo, mi corazón taquicardizaba con fuerte pulso mientras miraba a mi alrededor buscando mil posibilidades de defender la Vida y alejar la muerte…la sirena de la ambulancia emitía una especia de lamentos como buscando un esfuerzo para buscar un aliado, la blancura de mi calzado se tornaba rojo brillante, y yo mientras tanto…percibía a mi lado una presencia gélida y una sensación fúnebre.

Los quejidos de dolor disminuían, el brillo en sus ojos se perdía…el latido de su corazón enmudecía…¡NOOO! – Grité en mi mente. ¡No dejaré que te la lleves!, parecería que algo se aferraba a su mano, invadiendo su piel de frialdad y flacidez, se respiraba cada vez más cerca…la muerte.

No podía perderle, ¡yo debía de ganar!, no debía perderle o mejor dicho perderles, ya que en su vientre comenzaba una vida, no dejaría que se esfumara, no esta vez…