Hola, Ariel, ¿cómo estás?
Imagino que estas líneas te pillan por sorpresa, después de todo… Hoy hace cuatro años ya, pero para mí parece que fue ayer.
Irónicamente, hemos pasado una pandemia mundial, ha caído la nevada del siglo en Madrid, por fin puedo permitirme vivir sola, y yo lo siento todo tan estancado… Tan monótono.
Hay una diferencia: ahora estoy volviendo a crear, ¿recuerdas? Estoy experimentando. Guardo tus pinturas, y las que me regaló mi madre. He vuelto a cantar mientras lloro cuando estoy a solas (siempre tan dramática, ¡lo sé!).Y he aprendido a ver poesía en cositas pequeñas del día a día. Eso me da paz.
Escribo, escribo mucho, solo que no me atrevo a mostrarlo aún. Me avergüenzan mis poemas, pero… ya se me pasará. Hasta he hecho ramos de flores de papel: he llenado todo de colores vivos, igual que antes, para contrarrestar el gris que llevo dentro… ¡ya sabes cómo soy!
Eso sí, lo admito… No he vuelto a tocar el piano.
Tal vez si algún día nos volvemos a ver, pueda enseñarte todo lo que he estado haciendo. Quién sabe…. Igual ahora te gusta más.
Espero que estés bien, simplemente.
Un abrazo.
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