10 de marzo de 2022, Mariúpol, Ucrania 

Amor mío…

Extraño mucho el cielo de Nueva York y el sonido de los autos romper en la autopista ¿Ilógico no? Cuando hace unos pocos meses atrás me quejaba de ello. Hace días que no subo a la azotea de mi edificio, había tomado aquella costumbre porque cuando lo hacia podía sentir tu mano estrechando la mía, podía sentir tu perfume y el calor de tu cuerpo.

Pero, ahora subir a la azotea de mi edificio es tan doloroso que la respiración se me corta, el silencio ha sido reemplazado por disparos, las risas por gritos ahogados y la paz por guerra. Me duele salir a las calles y ver las abominaciones que suceden en la ciudad, los niños de mi clase parecen asustados y algunos nunca volvieron a la escuela, a veces en plena clase escuchamos disparos y ellos se asustan demasiado, yo intento calmarlos y explicarles que todo estará bien, intento darles fe diciendo que todo mejorará. Días como hoy… simplemente no soy capaz de encontrar la esperanza, pero siempre que te escribo postales que nunca mandaré, todo parece tomar un matiz cálido, porque se que algún día nos veremos de nuevo  

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