PRIMERA CARTA DE AMOR

PRIMERA CARTA DE AMOR

No sé dónde dejarte mi carta, Paola. Yo busco las tuyas en grutas del mundo. Al fin he asumido el no poder convivir en la misma era, pero me niego a cortar la comunicación. Te llamo Paola porque no tenías nombre. Tantas veces he querido confesarte mi amor; tantas veces he puesto mi palma sobre la tuya a hurtadillas de los vigilantes; tantas veces he odiado a ese que estarció su mano muy pegada a la tuya con polvo de limonita, y luego la selló con grasa animal, tantas veces, Paola, tantas veces.

La barrera del tiempo nos separa, sin embargo, siento celos de esos cromagnones con los que convives. Aquí dejo mi carta, Paola, y como no sabrás interpretar los símbolos, también he dibujado algo por si un bucle en el tiempo hace de cartero y piensas en mí al recibirlo, se llama grafiti, y es mi forma de expresar, tal que vuestras palmas en las cuevas. Te siento tan cerca, Paola, que nunca me cupo duda: una de esas palmas la enviaste tú, para mí.

Tu amado

Pablo

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