¡¡No lo hagas!! una voz susurraba desde atrás- era él, ese hombre que me había hecho inmensamente feliz, pero también me había hecho inmensamente triste.

Durante muchos días y noches, mis pensamiento pensaban en como acabar con mis heridas, tome una pluma, una hoja y a la luz de una vela escribí derramando cada momento, cada día de mi agonía, cuando finalice, suspire, aun sentía el dolor, pero un desahogo salia de mi cuerpo y una sonrisa fugaz se dibujo en mis labios, ¡Deseo esto como nunca!.

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