Mi madre riega las plantas en el fondo del patio. Yo me asomo por el balcón y grito:
– ¡Ma! ¿Con qué herramienta puedo abrir un candado?
– ¿Te quedaste encerrada allá arriba? – suelta la manguera, se acerca preocupada.
– No, un viejito en el cuento que estoy haciendo para el taller de escritura necesita algo para abrir un candado – le explico, mientras el personaje espera la herramienta.
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