Siempre acababa delante de la misma puerta. Cuando me sentía sola, cuando buscaba desahogarme, cuando quería escribir. Aunque no estuviese abierto, me sentaba a pensar.
El taller de escritura siempre me hizo sentir como en casa. Siempre fue un refugio para mí, conocí personas increíbles y escribí mis mejores relatos.
Pero sobretodo, me ayudó a encontrar la mejor versión de mí misma.
Doy gracias por haberme topado con el cartel que lo anunciaba en un supermercado de Madrid.
II concurso de microrrelatos El taller de escritura
OPINIONES Y COMENTARIOS