Azul leía la diferencia entre Cronos y Kairós. El viento empujó una nube negra sobre sus ojos y en la escucha flotante de Freud (actitud de mirar sin ver), comenzó a pensar en el tiempo como en oro.

Invierno del ´78, Argentina paralizada por el gol y los gritos de los Falcon verdes. Primer mundial de Azul.

Luego, cuatro Navidades, cuatro cumpleaños, cuatro clases, cuatro amores. Cuatro líneas del tiempo en las palmas de sus manos.

Las sacudió hasta borrarlas. Oro en polvo. Qué más da.

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