Aprendí una vez asistiendo a un taller, que los desconocidos pueden conversar contigo. Conocí a los desconocidos temidos sentados en la mesa que tenía platos de comida y tazas para beber café. Era momento de compartir un silencio, escuchar atento, aprender en el momento, anotar las palabras dictadas por la escritora dada. Aprendí esa vez lo que el amor hace al olvido, cuando los viajes de un héroe arquean con el camino.

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