A través de montañas y valles
Me aferro a la mochila, arrebujándome en el abrigo. La lluvia resbala sobre la cornisa empapándome el pelo, mientras un sedán azul dobla la esquina a estas horas intempestivas de la mañana. El frío de Zaragoza empaña los cristales cuando una pareja, encantadora y exhausta, me ayuda a acomodar mi equipaje en el maletero. Otro compañero...