Viajes liberadores
No tenía ningunas ganas de subirme a ese coche. Al verlo a lo lejos, suspiré. Para colmo, el mío me había dejado tirada el día antes y ahí estaba: a punto de compartir un viaje con unos desconocidos durante las próximas tres horas. No me quedaba otra si quería llegar a tiempo. A ver ahora con qué...