Avería en la Alpujarra
En esta inesperada aventura, cuatro desconocidos en un Blablacar se embarcan hacia un pueblo granadino. Un contratiempo transforma lo que parecía un simple trayecto en una experiencia mágica que cambiará sus vidas.
Sucedió en un coche Relatos cortos en coche compartido
Convocatoria cerrada
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Sucedió en un coche
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Sucedió en un coche
No tuve que esperar mucho hasta su llegada, yo fui el primero así que pude elegir el asiento del copiloto. El vehículo era un monovolumen color azul pilotado por una chica de pelo rosa y arete en nariz, Sara. En la parte de atrás llevaba tres asientos y otros dos en la zona de maletero....
El copiloto filósofo
Era mi primera vez compartiendo coche, y todo parecía ir bien hasta que recogimos al último pasajero: un tipo alto con un sombrero de paja y una barba tupida. Se llamaba Fabián, pero pronto descubrí que todos lo llamaban “el filósofo”. Nos saludó con un “hola” profundo, como si cada palabra que dijera estuviera cargada...
El caldo verde
Ahí estábamos, cuatro desconocidos compartiendo coche rumbo a Asturias. Yo, Dani, me ofrecí a conducir porque, bueno, ¿cuánto peor podría ser que un viaje en tren abarrotado? Craso error. En el asiento del copiloto iba Ana, una profesora de yoga que no dejaba de intentar que todos hiciéramos ejercicios de respiración. «Inhalad por la nariz,...
Cambio de planes
Vanessa ha quedado con Mario en la estación de Trujillo, para continuar viaje hasta su pueblo. El BlaBlaCar, al fin, llega después de una larga espera, sin Mario al volante y, tanto en el coche como en el vestido de la conductora, hay señales que hacen suponer que el viaje se presenta incierto.
Tener demasiado en común
Dos mujeres divorciadas se conocen en un BlaBlaCar de vuelta de la playa (basado en una historia real, sucedida en agosto de 2024) y descubren que tienen la misma pareja.
Tarjetas Perforadas
(Año: 1981. Computadoras de tamaño mediano. Lenguaje FORTRAN). Llevaba las cajas de tarjetas perforadas de la universidad a casa, de casa a la empresa de mi padre, de la empresa a la universidad y de vuelta a casa y a la universidad. Era fin de año y necesitaba entregar los últimos cálculos de mi tesis...
Un destello en el vacío
En "Un Destello en el Vacío", un pintor enfrenta su soledad tras pasar las navidades con la familia de un amigo en Motril. Decidido a regresar a Madrid, reserva un BlaBlaCar con Jamie, un conductor experimentado. A medida que avanzan, las alertas sobre una nevada histórica en la capital se convierten en un eco distante, hasta que la realidad les alcanza en un pueblo de Toledo, donde se encuentran atrapados por la tormenta. Desesperados y a la deriva, siguen a una misteriosa anciana que los lleva a un bar lleno de vida, contrastando con el frío exterior. Allí, entre risas y camaradería, descubren que la calidez humana puede florecer en los lugares más inesperados. En medio de la adversidad, los dos pasajeros encuentran un refugio temporal y una nueva perspectiva sobre la vida, el arte y la búsqueda de un hogar.
La Parca no aparca
Javier y Marta, una pareja que busca ahorrar compartiendo coche, recogen a su última pasajera en una gasolinera remota. Lo que parece un viaje común pronto toma un giro inesperado cuando se encuentran con su pasajera, una enigmática figura a la que todos conocemos.
Hasta voy a soñar con este viaje
—Pues ya estamos, ¡vámonos! —gritó Paco, el conductor, con esa voz grave que retumbaba en todo el coche.Antonio, en el asiento de al lado mía, le dijo:—Paco, ¿tú no tendrás una cabra escondida ahí dentro? Porque el coche suena como si estuvieras masticando tornillos.El coche en cuestión, un Seat Ibiza más viejo que andar p’alante,...
Playlist Musical Democrática #61
Presiono el botón play y empieza a sonar The Trip de Still Corners. Cada vez que escucho música en el coche, me acuerdo de Sigfredo García, un conductor habitual de BlaBlaCar muy querido por su peculiar manera de entender el mundo. Al comenzar cada viaje, Sigfredo practica un ritual en el que propone elegir canciones por turnos durante el trayecto, con el objetivo de romper la barrera...
Una real metedura de pata
Para variar llegaba tarde y el sol de mediodía no hizo más que castigar mis prisas con un sudor espeso que me empapaba la frente mientras recorría, acalorado, la calle en la que habíamos quedado. Cuando por fin encontré la matrícula que coincidía con la que leía en mi móvil, me asomé a la ventanilla...