La caja
El coche compartido se detuvo frente al acerado, y me subí al asiento trasero. Había reservado el trayecto por Blablacar para ir de Madrid a Barcelona, y esperaba una tranquila y aburrida conversación con desconocidos. Pero al cerrar la puerta percibí de inmediato algo extraño en el ambiente. El conductor, un hombre calvo con gafas...