La elocuencia del rey
En una ocasión viajó conmigo todo un monarca que se dirigía a la boda de su hija; chapado a la antigua, como debe ser alguien de rancio abolengo, pero muy puesto en las últimas tecnologías, pues me reservó la plaza a través de la aplicación de Blablacar. Se presentó como el rey Eufrasio; no dijo...