Un viaje inolvidable
Era una mañana de lunes como cualquier otra, con la diferencia de que esta vez mi Berlingo estaba en el taller y me tocó usar una aplicación de compartir coche para ir al trabajo. Me subí al vehículo, un utilitario bastante apañado, y saludé a los pasajeros con un tímido «hola». Ya había una chica...