Una gota en el cristal
Una gota en el cristal. Otra. Otra y otra. Comenzaba a llover, fuerte, el cielo se cerraba ante mí, y unos nubarrones negros sobre las montañas, rayos cortando el cielo, me hicieron creer que entraba en Mordor. Los parabrisas, rápidos, apenas limpiaban la cantidad de agua que caía del cielo. Y yo no podía dejar...