El viaje de los recuerdos
Había subido al coche compartido sin mucha expectativa. Era una de esas mañanas frías en las que ni siquiera la promesa de llegar al destino conseguía levantarme el ánimo. Me acomodé en el asiento trasero, saludando brevemente a los dos pasajeros que ya estaban allí. Uno de ellos, un hombre mayor, estaba absorto en su...