El tren de Extremadura
Alicia decide tomar un coche de Blablacar de Sevilla a Cáceres, evitando el horrible tren de Extremadura. Se une a Fernando, el conductor calvo y simpático, y a dos jóvenes, Ana y Pedro, que parecen recién salidos de un festival. Mientras avanzan, comparten risas y anécdotas, convirtiendo el viaje en un espectáculo improvisado lleno de chistes que hacen que todos ellos dejen el tren atrás.