Kilómetros de Risas
Nunca había usado BlaBlaCar. No sabía si me tocaría un compañero que hablara demasiado o alguien tan callado como yo. Pero ahí estaba, de camino a Madrid, con tres desconocidos y un maletero lleno de maletas y mochilas. Nuestro conductor era Iker, un tipo con barba y gafas de sol que se las daba de...