DONDE CABEN CUATRO
Los verdaderos pirómanos adoran los veranos rigurosos; no lo pueden evitar. Tal vez sin darse cuenta, necesitan zambullirse en ese estado de fiebre externa, de piel caldeada que solamente se consigue con la combustión del oxígeno a su alrededor y la proximidad de las llamas. Hay quien considera que se trata de la consecuencia inconsciente...