SABLE, PLAYSTATION, DISNEYLAND
Un cabo con un sable, una trabajadora de Disneyland París con su novio invisible y un reparador de mandos de la Playstation... menuda combinación
club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
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Sucedió en un coche Un cabo con un sable, una trabajadora de Disneyland París con su novio invisible y un reparador de mandos de la Playstation... menuda combinación
Cuentan que las mejores amistades son las más inesperadas y eso es lo que me ocurrió en este viaje. En un trayecto Almería-Madrid conocí a una pareja que viajaba hasta Vitoria junto con su bebe. Los recogí en la estación y una vez cargadas las maletas y colocada la silla emprendimos nuestro viaje. Mikel se puso...
Las enfermedades mentales siguen estando mal vistas. Se mira a la gente que las padece con otro prisma pero en escala de colores grises. Ahí no existe el arcoiris, ni para quienes lo padecen ni para quienes conocen de la enfermedad de enfrente. Los prejuicios continúan y, aunque tras la Covid 19 el número de personas padecientes en primera persona conocen lo que se sufre con una enfermedad que no se ve, y perjudicadas con consultas mèdicas muy espaciadas en el tiempo, sintiendo abandono en el cuidado de su sufrimiento ha elevado el número de personas de un colectivo vulnerable y estigmatizado por la sociedad "común". Se ha dado más visibilidad con la exposición de personas famosas contando su enfermedad y, tras la Covid. Pero lo que pretendo demostrar con el relato es que hay millones de personas en el anonimato con un gran sufrimiento generado por una enfermedad invisible y quiero animar a que quien padezca cualquier tipo de trastorno mental se anime y no tenga vergüenza a compartirlo, juntos conseguiremos que el Orgullo Loco sea una fiesta de gran magnitud y no un triste recorrido en un tramo del Paseo de la Castellana en Madrid, con pancartas precedidos de una batucada. Una usuaria de los servicios de salud mental.
Una chica estaba obsesionada con el amarillo. Y él... Bueno, él la llevó a sentir los colores.
—Sara, ¿qué haces? Veo por la ventana; la mañana está hermosa. ¡Ven! Vamos a dar un paseo, ya lo has dicho: la mañana está radiante. Saldremos a pasear. ¿A dónde quieres ir y con qué dinero? No importa; en el camino recogeremos a personas y, con lo que nos den, pagaremos los peajes a la...
Ella se inclinó para abrir, la blusa cedió mostrando una franja de satén, el muchacho resopló, acababa de empalmarse con una mujer que podría ser su abuela. Se acomodó a su lado. Arrancaron. Comenzó una canción sobre un gato que estaba triste y azul. Atravesaban un campo de pitahayas rojas, el olor a fruta invadía el...
El camino de Santiago había llegado a su fin. Fue sola pero siempre estuvo acompañada; una soledad compartida, como el título del libro que le compró a aquel caminante. Pero ahora era momento de volver a casa y Mara sentía una gran nostalgia. Había ido a Santiago en su coche con la idea de recorrer algunas...
Cuando le dije entusiasmado a mi padre que había descubierto una famosa aplicación para compartir viajes con desconocidos, apenas se inmutó. Me dijo, sin embargo, que viajar con desconocidos en coche ya lo hacía él hace cincuenta años. Mostré interés por ese comentario; entonces me contó una historia que desconocía. Mi padre, todos los viernes,...
Joaquín y Bernardo habían sido inseparables desde la infancia. Casados, con hijos, mantenían viva su amistad a través de anécdotas y risas de aquellos años dorados. Cada año, esperaban con emoción la reunión de antiguos compañeros, donde revivían historias que habían tejido juntos. Este año, el viaje en blablacar a la fiesta prometía ser una...
El amor es una magia.
Sofía encuentra una emotiva carta en un blablacar donde la autora narra su infancia llena de sacrificios y amor maternal. Desde su lectura y por la ternura de su contenido, se siente inspirada por el valor de la vida y la importancia de agradecer las pequeñas cosas. La obra nos invita a recordad la belleza de la amabilidad y el respeto hacia quienes nos han precedido.
–¿Y tú te has vacunado? ¿Eres consciente de que ahora mismo el gobierno puede rastrearte y saber todo lo que haces en todo momento del día? –Dice el Peñazo mote que le he puesto a nuestro conductor. Por suerte el diálogo no se dirige a mí, sino al copiloto, yo puedo fingir sordera desde atrás....