Punto por punto y coma por coma
Ángelico el canino Beauté: aguardaba en la parte trasera del vehículo, jadeante y nervioso, la aparición de la desconocida viajera Ana. Un servidor desesperaba por momentos, a propósito del retraso; oteaba en las cuatro direcciones y cuando pensaba que la lejana silueta femenina que se aproximaba con letanías pertenecía a la chica, indagaba: !¿Eres Ana?,!...