Termas de Ourense, patrocinadas por Blablacar
Mi hermano Carlos y yo terminamos el Camino de Santiago inglés con los pies hechos papilla y sin un plan para volver a Badajoz. Así que, fieles al espíritu de la aventura (o a la desesperación, según se vea), buscamos un Blablacar. Un búlgaro nos respondió: «Voy a Badajoz, pero… hay un pequeño desvío». Claro,...