Sigamos tomando café.
En una noche lluviosa en Madrid, Javier, un chico que a veces utilizaba la app de BlaBlaCar, esperaba su siguiente cliente. Con el sonido de la lluvia golpeando el techo del coche, revisaba su móvil cuando recibió una solicitud de viaje. Condujo hasta la dirección indicada, y cuando su cliente abrió la puerta, el corazón...