De todas las personas que conozco espero que nunca leas esto, porqué lo que escribiré es la versión cruda y sincera de lo que soy…Lo siento, no he sido más que un apático frente a todo lo que me has brindado… No sé el porqué soy así, he pensado en esto tantas veces y de todas las maneras, con una cerveza en la mano, con un cigarrillo en la boca, sentado en melancolía bajo el árbol de un parque mientras mientras mi vista se posa en el horizonte el cual anuncia el ocaso de Helios y la regencia de su hermana Selene, bajo la lluvia y el granizo que apartan de mi la sensibilidad de mis manos, mis pies y mi humanidad… En todos y cada uno de estos escenarios te recuerdo y trato en vano de buscar una razón por más mínima que sea del porqué sigues a mí lado a pesar de lo traicionero y basura que he sido contigo, no lo entiendo, no te entiendo, ¿es a esto lo que llaman lealtad?, ¿por qué eres tan fiel e incondicional conmigo cuando solo te causo lágrimas, dolor y soy una de las principales causas de tu melancolía?, ¿Por qué estás ahí siempre con ese fuego en la mirada, la cabeza en alto, con firmeza y un temple inamovible a la hora de defenderme?, ¿Por qué no puedo hacer lo mismo por ti? y ante todo ¿Cómo puedo ser como tú? 

Te admiro.

No sé, no te merezco, tu compañía es crucial en mi vida pero siento que somos asíntotas, cada vez nos acercamos más y más pero nunca llegaremos a estar juntos tanto en un sentido físico, emocional y espiritual… Somos muy diferentes, polos completamente opuestos pero que así mismo como imanes nos atraemos por una fuerza natural, intensa e inexorable. No, no podemos ni debemos estar juntos en un sentido amoroso e íntimo, eres pólvora, increíblemente volátil y muy inestable y yo soy fuego, igual de inestable con ansias de quemar todo por gusto aunque eso signifique que me tenga que consumar. Estamos tan unidos que sabemos lastimarnos y ante todo somos capaces de reducirnos a menos que cenizas, pero no, no somos un Fénix que es capaz de renacer con aún más esplendor que antes, somos humanos, vulnerables, finitos y rencorosos.
Ahora, temo y he de admitir que he pensado mucho en esto y cada vez con más frecuencia, creo que llegará un punto donde nuestros caminos se separen y si eso llegase a pasar me pregunto, ¿Que será de mí? Eres mí voz de la razón y la sensatez, eres ese ancla que ofrece seguridad y calma ante el mar de la duda…
¿Qué será de ti? Te prometí que estaría ahí para ti en las buenas y en las malas, pero como refiero en este texto no puedo corresponderte de la misma manera. Si nuestros caminos se separan ¿Cómo me recordarás?, ¿Como aquel hombre idiota que jugó contigo por gusto y capricho? ¿O cómo aquella luz que ofrecía refugio en esos días que simulaban una noche eterna y obscura? No lo sé, eso solo lo puedes responder tú…
Estimada compañera fugaz de vivencias, estaré esperando con ansias el día en que debamos sincerarnos y dejar de tocar este tema tan tabú para nosotros por la tangente, ese día posiblemente con unas pocas palabras que no darán lugar a divagaciones nos entendamos un poco más, tal vez yo entienda el porqué me cuidas y quieres tanto y tú tal vez entiendas porqué te quiero y menosprecio tanto, si ese día llega espero que no reduzcamos nuestros mundos a cenizas…

Etiquetas: poema recuerdos tristeza

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