Empanadas y Pericón

Empanadas y Pericón

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04/08/2020

En Argentina el 9 de julio es la fecha patria más celebrada en mi país ya que se recuerda la independencia nacional, el paso previo a ser una nación jurídicamente organizada. En mi familia eso se traducía en comida y música criolla. Desde temprano, mamá ponía el Winco con el Pericón Nacional y al son de sus bellos acordes llegaba desde la cocina el olor a chocolate con leche. En esa fecha es pleno invierno y generalmente está muy frío. Mi hermano y yo nos levantábamos y nos vestíamos de fiesta, era el día de la Patria. Desayunábamos el delicioso chocolate espeso con vainillas caseras, tan livianas que se desarmaban al ponerla en la taza. Nos gustaba mojarlas en el líquido caliente  y que se mezclaran los sabores. La música seguía: rancheras, cielitos, chacareras y gatos, se dejaban oír acompañando el desayuno. La bandera celeste y blanca heredada de mi bisabuela flameaba en el frente de casa. Las comidas típicas en esas fiestas son locro, asado y/o empanadas fritas. El locro es una especie de guiso que siempre me dio impresión. En cambio, la carne asada con leña en la parrilla me gustaba mucho. El asado es toda una ceremonia desde que se prende el fuego. Tiene un ritual a donde los hombres se quedan alrededor de la parrilla haciendo la previa. Vino y naipes españoles. Pan casero, salame y queso de picada y comienza la partida de truco. Pero mi comida favorita eran las empanadas recién hechas. Para aquellos que no saben lo que son, no es fácil de explicar. Se prepara un relleno de carne de vaca que puede ser picada a cuchillo o molida para que quede más pequeña y suave al paladar, y se le agrega condimento picante como ají y pimentón para las saladas y jugosas, y azúcar para las dulces. A mí me gustan las salteñas, con cebolla de verdeo y ¡que chorreen!. Se pone en una masa redonda de unos diez centímetros de diámetro aproximadamente y se cierra haciendo un repulgue para que no se abran. El relleno puede variar según el lugar y el gusto:con  huevos duros, papas y/o zanahorias. Luego se las fríe en grasa. Y salen crujientes y deliciosas. ¡Qué me van a hablar de amor si nunca probaron este manjar criollo! Me parece ver a mis abuelos y tíos, comer mucho, reír y cantar al son de la guitarra de mi tío acompañado del bombo legüero de mi papá. Y de postre el budín de pan de mi abuela lleno de caramelo y dulce de leche. Charla va, juegos vienen, y los buñuelos de limón junto a tortas fritas llenan la mesa de mantel blanco y celeste. Mates amargos los hombres, mates dulces las mujeres y los chicos, ¡y después té de boldo y carqueja para el dolor de panza! Y así, con partidos de chinchón y escoba de quince, fue pasando el día. Aromas de mi infancia que siempre quedarán en mi memoria. ¡VIVA LA PATRIA!

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