SABORES, AROMAS E IDENTIDAD

SABORES, AROMAS E IDENTIDAD

Juli Gitto

04/09/2020

El aire de mi casa me asfixia, en verdad es mi cabeza, los pensamientos que se agolpan y no dejan al aire pasar. Las extraño tanto, Alicia falleció el año pasado y Manu, desde la muerte de su madre, se cerró más y más, incluso conmigo, su mejor amiga. En el departamento de ellas, mi mundo se minimizaba, no sé si era gracias al olor naranja del palo santo que ingresaba danzando por nuestras narices, o por las comidas que preparaba Alicia -ambrosía terrenal-, o quizás era por la música… creo que era esa combinación precisa, única de ellas. En ese hogar una se sumergía en el momento y lograba salir del tiempo abstracto, homogéneo, general. Con ellas probé tantos sabores, aromas y acordes que sin Alicia y Manu se borrarían los contornos que me dibujan hoy. Allí aprendí de arte, de comida y de mí misma. Ellas eran vegetarianas y hoy lo soy yo, antes no compraba nada en la dietética, ahora soy amiga de la vendedora.

Constantemente ansío encontrar la forma de volver, aunque sea imposible, quisiera recuperar un atisbo de esas visitas a su casa. ¿Y si comprara palo santo, pistachos, higos, espárragos, facturas integrales, kimchi, granola… todo lo que probé con ellas por primera vez? Quizás mis sentidos me llevarían a saborear algo delicioso, a escuchar a Ali contado la historia de Luchín, la canción de Víctor Jara, a decirme que Chinoy , aunque parezca por su voz, no es mujer, a que yo dijera algo tonto y nos riéramos juntas.

Recuerdo la primera vez que me quedé a dormir y no lo conseguí. Frente al sillón donde me acosté estaba la biblioteca. En mi casa no hay muchos libros, y estos de ellas me llenaban de curiosidad, encendían en mí la pasión por leer y escribir. Esa mañana desperté con los ruidos de la cocina que hacía Ali y las palabras de Manu; me esperaban en la cocina con pan de pita calentito, ensalada de tomate y mate. Esos mates nunca me cansaban, esos mates acompañaban la música chilena, los debates feministas, los colores de los cuadros que pintaba Ali… siempre en el abrazo naranja del palo santo. No sé si estas palabras pueden expresar la felicidad que me daba estar juntas, lo sublime es difícil de expresar, de re-vivir, de re-crear.

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