… Prefiero que los fantasmas de mis miedos duerman tranquilos ésta noche y no despertarme creyéndome valiente.
1:
Desde infante he tenido encuentros
cercanos con el miedo,
experiencias casi de extinción,
recuerdo los cuatro mensajeros
con ojos color de fuego
y entrañas como piedras
sintiendo a caballo bayo
y su sombra de Hades
en mi espalda,
Imagino un miedo similar a Héctor
en frente de Aquiles
mirando su cubito
destrozarle la vida,
después todo se ve nítido
y tu presencia maldita
me invita a buscar tu luz.
2:
Caían detenidas
las hojas confusas
de arrayanes y abetos,
ahora era inundado
el agrietado terreno
que fingía fertilidad;
permanecí indolente,
con un canto suave
pa’ agraciar el entorno
y fue imposible
cambiar mi rumbo;
el infortunio de días recientes
pesaba trágicamente
en mis ojos cansados
y mi cubierta crustácea
comenzó a hendirse
ante la invasión de raíces furtivas
que fingían inercia;
sin darme cuenta
me había incorporado
a ésta vida de muerto.
3.
Cansado de los años
que me pesan,
de los recuerdos
que merodean
como musgo de habitación,
del moribundo
que duerme a mi lado
y se despide con el alba,
del hastío de Por qués
colgados de telaraña,
del tiempo que se agota
y golpetea
esquivando razones,
me encimo un poco
del catre
y me atraganto de muerte
en un segundo glacial.
4:
Me estoy quedando lejos,
me siento muerto, distante,
el polvo omnipresente
en la habitación
se apodera de mi huella.
Me dueles bohemia,
tu copa no es brandy
es el cuerpo acuchillado
de una mentira.
Me voy simulando
a la nada
y me derrota la incertidumbre.
5:
El arrullo de tu cántico
ha socavado
una pequeña nada,
han derramado
mis humores;
he sido hombre,
punto de incertidumbres
encontradas.
¿Tolera la sien un estallido más?
Que vacío,
que inexorable,
que desafío.
El hastió de olores
incesantes,
el rancio de ausencias
nuevas
y tú, fantasma estival
que prefieres mi muerte
al olvido;
déjame, déjame
ahora que puedo.
6:
Este dolor que me envuelve
y me azota,
éste cuerpo
desnudo de piedad,
éste llanto
vencido en tu silencio,
éste camino
de piedras
que lastima mi sensorio
y me abandona en laberintos
donde mi duda
guía,
éste olor de podrido
que recuerdo
desde antaño,
ésta maldita incertidumbre
que me arroja
a las puertas de tu amor,
ese amor que me bendice
y me salva
para caminar nuevamente
de tu mano
en el regazo
de la madre tierra.
7:
Un elemento sencillo,
una luz,
la explosión de tus ojos
sobre mí,
arrollándome,
delatando mi incertidumbre.
La mujer que se posó sobre mí,
la cadena que ya he anudado
para no perderte
y flotar sobre tu aura
y trashumar
en tu olor a Laguna.
Hoy no moriré,
mañana tampoco,
me quedo contigo
y eso es suficiente,
para vagar irresponsable,
aunque seguro de mi suerte.
8:
Me testeaste con curiosidad desbordada,
me abriste el opérculo de tus piernas sin recelo,
engulliste mi cabeza con apetito coloso
pero sin masticar mi cerebro,
yo me apeé de tus arterias por un poco de oxígeno
y desde entonces vago en tus entrañas,
recorro tus pensamientos y nunca escucho mi nombre,
a veces de curioso escucho tu voz interior y me pareces simple,
otras me asombra la manera como miras a los hombres,
quisieras arrancar sus cabezas también para hacerlas tuya
cual golfa mítica.
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