«Ni el fin me hará libre»

Fragmento.

Siento haber tenido que venir a esconderme dentro de tus páginas; siento tener que desahogarme contigo porque no hallé acá afuera alguien con quién hacerlo. Temo tener que escribir esto, temo tener que llegar a estos extremos por la simple ironía que abunda dentro de lo que llamo «mi vida»; no he querido renunciar nunca. Pero ya ni sé que es lo que quiero.

Me encantaría, simplemente, dirigirme al cielo y sonreír porque aún vivo, en cambio, miro y ¿qué de encantador tiene? lo lamento, no quiero creer que me rendí tan fácilmente, pero no quiero seguir, no quiero, tampoco puedo. Y no, no necesito su aprobación, no necesito tampoco su lástima, sus regaños, no necesito nada. Lo único que deseo es acabar con todo esto, es simplemente descargar sobre mi ataúd todas mis penas y ratos amargos; sólo quiero dejar de ser tan infeliz porque ya no encontré nada que hiciera lo contrario.

¿Cómo es posible que haya llegado a este punto?, ¿Cómo carajos puedo fingir que no pasa nada y continuar? si ya no le hallo sentido ni siquiera a respirar… y la angustia, la duda, la desesperación me matan lentamente. ¡Dios!, ¿Cómo podría evitar sentirme tan mal? Es mentira, no, no me siento mal, no sé cómo me siento.

He decidido buscar refugio en estos vicios de escribir, de escribir todo lo que pienso, y sé que no le puedo mentir, no cuando mi mano toma el esfero y comienza a escribir, no cuando sale tan fluidamente de mí las palabras y se plasman en la hoja y plasman todo lo que siento; es imposible mentir, es imposible mentirme a mí misma. Pero, ya nada tiene sentido, hay ocasiones que miro tantas cosas, como mi sonrisa en el espejo, como mi cuerpo en un reflejo, como mi actitud dentro de mis pensamientos y digo «No has nacido para resistir esto», y si ni yo misma creo en mí, ¿Qué es lo que espero de los demás? ¿Qué me amen aunque yo me quiera de esta vida escapar? No. No es por desamores, ni conflictos familiares, no es por trabajo duro, ni tampoco por ademanes, no es por dificultad para estudiar, ni tampoco es una pelea exterior, es una guerra interior, entre yo… entre mi razón y yo…

¿Con quién estoy hablando en este momento? Cuánto quisiera que estas palabras las escucharan y me dijeran qué es lo que me pasa, pero no, a nadie le interesa y a mi no me interesa contarlas. Siento haber derramado tantas lágrimas en los rostros de mis seres queridos, lamento haber infligido dolor dentro de un circulo que yo llamé «amor»; lamento haber mentido sobre mi fortaleza, cuando la verdad es que soy más débil que aquella chica que por cualquier cosa lloró. Soy débil y odio serlo, odio ser tan estúpidamente emocional, ilusionarme, odio con cada fibra de mi ser, pasar momentos incómodos, desagradables.

Y como les dije antes, no es por problemas con mi familia, ni por desamor, no es por mis dificultades, es por una pelea interior, que pierdo con cada día que pasa de mi vida, ante la cual me rindo cada segundo y con cada herida; es porque dentro de mis actos ningún sentido hallé, es porque dentro de mi vida, ninguna razón para continuar encontré, es porque estoy cansada, es porque ya no quiero más, es porque lucho en vano, es porque no me llega la felicidad.

Tal vez sigo escribiendo por que busco excusas para quedarme, cinco minuticos más… aguanta cuerpo mío cinco minutos más… y empiezan a contar..

Antes de despedirme totalmente, por ese viaje que haré, quiero explicarles por qué esta decisión tomé: no fue por ninguna situación en especial, no fue por ninguna persona, quizás.. fue por mí, por mi entero egoísmo, mi entera rivalidad.. conmigo misma. No he podido a nadie odiar. excepto a este ser que ahora está escribiendo. ¿Nunca han sentido que odian tanto a una persona que solo la quieren ver mal? ¿Nunca han sentido que solo no soportan la existencia de aquel ser, que quieren arrancar su felicidad? ¿que les fastidia? ¿que los enoja?, ¿que sienten que no merece vivir, que no merece ser feliz? a mi si, me ha pasado. La única diferencia es que yo lo he sentido hacía mi propia persona. No me preguntes porqué, no me pregunten desde cuándo, no me pregunten nada ahora. Es duro… muy duro contar completa mi historia, porque, porque ni siquiera me sé las respuestas, ni siquiera sé qué es lo que a mi alma destroza.

Bueno.. se me hace tarde, los cinco minutos se están terminando y aunque no ha llegado al final, tampoco quiero ni creo que lo pueda lograr. Es mucho tiempo, es como si te torturaran con cada segundo pasando. Es complicado, pero el fin está llegando, es triste pero esto ya está pasando, no hay vuelta atrás, tampoco quiero que la haya… solo pido no levantarme jamás… esta existencia olvidar… deséenme buen viaje.

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