Una Aventura Inolvidable

Una Aventura Inolvidable

zeferino silva

30/08/2017

Mi esposa y yo teniamos separados un año y en ese tiempo murió mi suegro dejándole cierta herencia, con eso ella organizo un viaje a los Cabos.

Mis dos Hijos le rogaron me invitara y a regañadientes acepto y yo queriendo estar con ellos también acepte las cosas.

Ella no había cambiado, discutimos en el avión y también al llegar a los Cabos pero al cuarto día nos dimos un agarrón que mejor decidí salir a caminar; de hecho iba tan molesto que solo llevaba puesto el shorts y las chancletas.

Pase todo el día fuera y como a las cuatro regrese encontrando el departamento completamente vacío, baje a la recepción y la encargada me dijo:

-Su esposa hizo maletas y se fue cancelando todo, solo dejo esta noche pagada.

Le pregunte por mis cosas y me dijo que no habían dejado nada. Ese día me fui a dormir sin haber comido nada y me levante como a las ocho, baje a la recepción nuevamente con la encargada y le pedí que me permitiera hacer una llamada.

Estaba a dos mil cien kilómetros de mi casa en una zona turística, sin un quinto en la bolsa, sin identificación alguna y solo vistiendo un shorts y unas chancletas.

Llame a mi madre y no me contesto, también había salido de viaje con mi padre. Tengo dos hermanos pero sus teléfonos no me los se, los tengo grabados en el celular pero mi esposa también se lo llevo.

Por lo pronto me Salí a la playa y al primer turista descuidado le robe la camiseta; ya con camiseta shorts y chancletas me acerque a un restaurant y pregunte por el dueño, cuando salió le dije:

-Le barro, le limpio, le sacudo, aunque solo sea por la comida.

Y el compadecido acepto, primero recogí las bolsas de basura, después las lleve al contenedor barriendo también todo alrededor, cuando termine eran casi las doce del día, mi estómago ya no crujía sino que rugía, pero ya la cocinera me había preparado un rico almuerzo y créanlo jamas un almuerzo lo había disfrutado tanto.

Seguí trabajando todo el día, con lo que me gane la comida y la cena hasta la hora que cerraron. Luego me fui a la playa y en una palapa pegada al mar me acosté a dormir, como era tiempo de verano no hacia frio pero los mosquitos llegaban en parvadas y ya llenos invitaban a otros a cenar porque toda la noche me picaron.

Ya en la mañana medio adolorido y débil por el litro de sangre que me habían chupado me puse en una calle; yo… alguien que nunca les doy nada a los que mendigan. Yo me dije: “esto es el karma” y me puse a mendigar unos pesos, no sé si fue mi ropa o que anduviera en chancletas o tal vez si se me miraba cara de sufrimiento pero logre juntar 123 pesos con 80 centavos y dos corcholatas de un bromista, con eso me compre una Coca Cola, un pastelito y todavía me quedaron 100 pesos.

Luego de mendigar me fui a preguntar en una gasolinera como llegar a mi ciudad Chihuahua y me dijeron que allí llegaban camiones de carga que iban hasta Tijuana, en eso llego un camión con redilas altas y me acerque, les pregunte si me podían llevarme hasta Tijuana y ellos me dijeron:

-Si aguantas el olor súbete.

Cuando brinque a la caja del camión me di cuenta de que llevaban cerdos, me quise bajar pero pues un aventón es un aventón. También no sé qué les dieron de comer por que se echaban unas flatulencias que no me vomite porque solo traía la coca y el pastelito.

Fueron 9 largas horas de pestilente sufrimiento, pero iba tan cansado que creo me dormí arriba de un cerdo o seria al revés, no recuerdo, pero llegue a Tijuana.

Lo bueno fue que me dejaron cerca de la playa donde rápidamente me metí en el mar para lavarme toda esa pestilencia, me sumergí hasta que me dio al pecho, quitándome toda la ropa y azotándola contra el agua y luego escurriéndola con las manos; como eran más de las 10 de la noche no se miraban personas y decidí salir a colgar mi ropa en el tronco seco de una palmera.

Cuando estaba junto al tronco una luz me cegó y detrás de la luz 2 uniformados que me gritaban:

-Aquí no se permiten cosas Inmorales.

No lo pensé mucho y salí corriendo, si hubieran visto aquello… rebotaba aquí rebotaba allá, ahora se para que sirven los calzones: para mantener todo aplastado, dejarlo eso en libertad te maltrata mucho el cerebro.

Me dieron una santa perseguida por la playa, lo bueno fue que tenían zapatos y yo descalzo, con el agarre de mis largas uñas rápidamente los perdí, después me acerque a un hotel de esos que están a la orilla del mar y de una ventana sustraje 2 toallas y un pantalón que dejaron secando. Ya enredado en las toallas dormí mejor.

Desperté y me puse los pantalones, mucho muy grandes pero pues no iba a ponerme a buscar unos de mi talla, regrese a buscar mi ropa y afortunadamente allí estaba aún. Con los 100 pesos desayune 2 burritos, un refresco y de nuevo me arrime a otra gasolinera

En la gasolinera cuando un tráiler llegaba le pedía que me llevara a chihuahua, un empleado de la gasolinera me vio y me dijo:

-En ese restaurant todos llegan a comer, mejor vaya y explíqueles que quiere que lo lleven a chihuahua.

Me metí y en una mesa estaban 3 sentados, les platique mi historia y los 3 me dijeron que sí.

Para las 6 de la mañana ya estaba en la ciudad y dos años después mi esposa y yo nos juntamos nuevamente para celebrarlo.

Me invito a Cancún… ¿qué creen que le dije?

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