I
Hay almas evaporadas bajo esas sábanas
sudores de mal sexo que condujeron
disonantes pujidos, heridos
a esconderse desnudos en los rincones
agitados y agresivos, como vampiros.
A usar el claro oscuro
de tu pecho de cristal, como casa.
A saciar la sed
con tus lágrimas errantes que llenan cántaras.
II
Hay horrores en esa mirada
avistan los demonios más seductores
de cada perfume humano que conocen.
Hay ternura pisoteada
por cada noche
que gracias a un extraño, estuviste acompañada.
Hay ganas de más
de ir al fondo de la carne; hay gestos de no poder.
Hay sangre
en tus manos portadoras de placer;
Plácidas, profundas, ganas de matarse.
III
Habiendo en esa muerte imaginada
un orgasmo delirante
y en la forma enagenada de tu amor
algún racimo de poemas muertos;
el cielo entero, sin sabor a nada.
Y el ciclo infinito, el circo de danzas
bailes espectrales de emociones
en cigarillo calcinadas
o bebidas hasta la embriaguez.
Adiós, dirás entonces
como forma de querer
haciendo de tus despedidas
las tragedias más amadas.
IV
Pero a dónde irás, si no hay amores
pero qué hay, si hoy no amas
no hay ciclo infinito, ni circo de danzas
solo infinitas pausas
infiernos sin llamas
orgasmos volátiles
tu cielo; sin sabor a nada.
Y tus ganas de compañía
sangrando como mártires
bajo la cúpula
de una existencia desesperada.
Y los que te aman, sin que te importe
perdidos en las jaulas
tan inmensas que les construiste;
Y los que te aman sin que te importe
buscando sus almas
en alguna mirada tierna
que les diste;
pero que tu consumiste
para que nunca se vayan.
OPINIONES Y COMENTARIOS