Cuando se cierra el telón.

Cuando se cerró el telón de la segunda función pareció como si una etapa de mi vida hubiese terminado, a pesar de que el inicio y final de todo fue marcado solamente por el margen de unos cuantos meses.

Tras el telón todos festejaban y sonreían, me recordó a el final de la función de los niños, donde todos comenzaron a llorar sin consuelo mientras se abrazaban como si volverse a ver fuera una idea remota. Claramente nosotros los adultos fuimos un reflejo de ellos, pero nadie estalló en llanto, tal vez somos de muy avanzada edad para andar con eso.

Tras el telón recojo mis cosas y las organizo para llevármelas, me entra una inexplicable nostalgia que hace que me mire unas cuantas veces al espejo sin decir una sola palabra, pero dentro de mi cabeza se rebobinan tantos recuerdos, sin cronología ni orden de importancia. Me encuentro colgando una chaqueta que tal vez no volveré a usar con la misma intención nunca más, una chaqueta que estuvo conmigo al derramar las gotas de sudor en los ensayos que han quedado atrás como bellos momentos.

Volteo hacía atrás antes de apagar la luz, y doy una última mirada. Camino por los pasillos rumbo a la salida y veo a todos reunidos dándose las felicitaciones, me acerco pero la única persona con la que quiero hablar es Paola, en esos momentos hubiera querido saber qué hacer… Me frena el mismo dilema de siempre: Quisiera poder hacer mucho donde no puedo o no debo. Pero después de unos minutos decidí al menos dirigirle unas palabras antes de irme, felicitándola por su esfuerzo y añadiendo mis agradecimientos por ser la persona que fue conmigo, «Nunca había conocido a alguien como tú»… Fueron las palabras más sinceras que he dicho. Dejé mi mochila en el suelo y la abracé.

Al día siguiente despierto y me invade una sensación extraña, era sábado pero no un sábado de ensayo como usualmente solía ser, ver un mensaje de Paola me da la conexión con la estabilidad. Me dijo que había amanecido con una rara melancolía, me dijo que estaba triste al pensar en mi despedida y después añadió: «Te extrañaré…» Mi nostalgia se borro y mi corazón fue flechado una vez más por esta maravillosa mujer.

Al cerrar el telón llegan los profundos deseos, deseo regresar, deseo hacer las mismas escenas una y otra vez, deseo volver a usar la vestimenta que le da vida a mi personaje, deseo… Volver a verla a ella.