Como hacíamos antes.

Como hacíamos antes.

Coloqué mis viejos cascos en la mochila rosa, apagué el móvil y lo guardé en el bolsillo de mis vaqueros.

Andaba distraída, no sabía donde iba, pero si a donde quería ir. Donde antes.

Llegué casi al instante, me sé el camino de memoria. Me senté en el lado derecho del banco, dejando libre el espacio a mi izquierda, donde te sentabas tú. Inspire el olor a agua salada y a hierba que inunda nuestro rincón favorito en el mundo.

Crucé mis piernas como lo haría un indio, como hacíamos antes, y cerré mis ojos escuchando solo el sonido de las olas rompiendo en las rocas bajo mis pies. Sin duda un lugar mágico. El sol ya se escondía a lo lejos, iluminando el agua y creando un paisaje digno de ser admirado. Me hubiese gustado que, cuando esto pasó, hubieras estado abrazándome, con mi cabeza apoyada en tu pecho y tus piernas rodeando las mías. Como hacíamos antes.

Con lágrimas en los ojos, me levanto y vuelvo por donde vine, pero no puedo evitar ir allí. Si, donde antes.

Cruzo la valla y paseo lentamente por el puente de hierro. Mientras avanzo veo como las personas caminan a mi alrededor. Cada una con un pensamiento distinto en su cabeza, cada una un universo. Debo admitir que me pareció verte entre ellos, me pareció verte al final del puente, mirando el horizonte.

Me acerqué, pero no eras tú…El chico fue indiferente a mi reacción y se marchó. Y allí estaba yo, donde íbamos antes. A mi derecha la ciudad, a mi izquierda el mar, y en frente tu recuerdo. Sonreí al ver nuestro candado colgando del puente, ¨siempre por siempre¨, eso ponía. Lo que me decías antes.

¿Qué pasó? Olvidaste todo esto quizás, o quizás no te importa ya este lugar.

No entiendo como pasó, sigo sin entenderlo y creo que nunca lo haré. Dijiste siempre por siempre, en cambio no llegamos ni al ¨por¨.

Sonrío al recordar como te pasabas la mano por el pelo cuando estabas nervioso, o como me mirabas cuando te decía lo mucho que te amaba. Recuerdo cada mensaje, cada beso, cada mirada y cada ¨te quiero¨. Estés donde estés nos volveremos a encontrar, pues el amor real, el verdadero es para siempre. Siempre por siempre.

Escribo en un papel lo que no te dije y le prendo fuego con un mechero. Dicen que esto ayuda a aliviar el dolor, me acerco al borde del puente y lo lanzo al mar, espero que lo leas..es para ti:

¨Espero que el mar no esté muy picado hoy, sabes que me da miedo que navegues con tanto oleaje cuando las rocas están tan en la superficie. Iré a verte luego, se que te encanta que vaya. Luego, podríamos ir donde siempre…me encanta el paisaje, y me encanta verlo contigo.

Ten cuidado cielo, Te quiero.¨

Saco mis cascos de la mochila y me pongo de nuevo tu canción favorita. Doy la vuelta de camino a casa, nuestra casa. Está tan vacía sin ti…ojalá te hubiese dicho antes que me daba miedo que navegases en esa zona con el oleaje. Quizás, no hubieses ido.

Y ahora estaríamos de vuelta a casa, cogidos de la mano entre risas y besos.

Como hacíamos antes.

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