Cuando la soledad se viste de gala
y con tacones de vértigo te da una patada en el amor,
da bienvenida al infierno del odio
y al llanto de la desesperación.

Un brindis por la caja de Pandora,
un brindis por la falsedad de los amigos que no lloran.
Un odio por los que rompen mis silencios
Una maldición por los que me arrancan una verdad
Una verdad guardada en mi alma
y encerrada con llave en algún altar.

Un párpado centelleante que me abriga
mientras las palabras chocan con la decepción
Cuando las letras buscan huelga de vida
si conviven en sociedad con humillación,
Donde las sucias señoras que nos guían y comunican
Son vulgares, tristes, efímeras y sin color.

Todos somos poetas cuando nos duele el corazón
Todos rompemos corazones
desatando en palabras una nueva generación

Todo es color de barro, a veces rojo, a veces sin olor.
Cuando está húmedo la soledad resbala mejor
entra con más rabia en tu alma y cierra tus ojos en eterna devoción

Me va a estallar la cabeza de pensarte
Pues mis lágrimas no se pudieron contener.
Se me están rompiendo los colores
y mi sangre en blanco y negro tiende a desaparecer

Mi alma hace tiempo que no existe
Y mi cuerpo sedente no se pudo mantener
Mis sienes sudando gritos que me desgarran
y mi voz quebrada del llanto que no pude obtener

Habría preferido cualquier muerte
que tu presencia y tu sonrisa perder.
Condenada al dolor en vida sin tu cuerpo
Sin tus dudas, sin tu mente, sin mi fuente de placer.

Cuando la soledad sin vergüenza se desnuda
al fin cierra los ojos y se duerme sin querer.
Cuando ni la soledad te acompaña
La muerte torna en cuerpo y de sus penas te deja beber.

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