¿SOY EL MISMO DESPUÉS LA TELETRANSPORTACIÓN? (TECNOLOGÍA Y CIENCIA)

Dos años han pasado ya desde que a la empresa Siemens se le dio luz verde para comercializar la primera máquina teletransportadora de la historia de la humanidad. Desde entonces, nunca se había hecho la pregunta que el pasado día 22 de Junio de 2050 formuló el físico Axel Philippe, originario de Francia: “¿Soy yo? ¿O mi verdadero ‘yo’ murió en esa máquina? ¿Es que soy tan sólo una copia?”.

Esta pregunta representa una enorme piedra para el camino tan prometedor que tiene el invento más revolucionario de la década. En Estados Unidos, país que vio nacer el primer teletransportador, ha supuesto el declive de diversas compañías aéreas y ferroviarias.

John Hill, el creador del teletransportador, respondió ante la prensa: “Nunca me he sentido tan ‘yo’ como en este momento, esas cuestiones son totalmente absurdas e infundadas”. También dedicó unas palabras a Philippe: “No creo que sea casualidad que el señor Philippe trabaje para Airbus y que de ahí venga dicha cuestión a mi invención”.

La reacción a las palabras de Philippe no se hizo esperar, ya que dos días después todas las estaciones teletransportadoras europeas cerraban sus puertas hasta nuevo aviso, que llegará cuando concluyan las investigaciones que comenzaron inmediatamente diversos grupos de investigación de toda Europa. Estos quieren determinar si la máquina es segura, o si por el contrario existe un momento en el que el individuo es desintegrado, generando una copia idéntica en otro lugar.

Esto ha generado multitud de quejas por parte de las empresas que ya utilizan este método de transporte. Hay que recordar que la máquina teletransportadora lleva ya en Europa un año y dos meses, tiempo suficiente para que diversos grupos empresariales hayan visto en ella una posibilidad de hacer crecer sus negocios.

Todas estas cuestiones parecen no dejar indiferente a ningún sector de la sociedad, incluso la iglesia se ha pronunciado, por sorpresa para todos, mostrándose complaciente con el aparato mediante el siguiente comunicado: “Dios nos puso en la Tierra y nos dio alma, y si cambiáramos de cuerpo, estoy seguro de que el alma nos encontraría”.