Lo que la boca nunca dijo

Lo que la boca nunca dijo

Giova Herrera

12/07/2017

Como olvidarte

Como olvidarte.

Si tan sólo hacer el intento de olvidarte me hace recordarte más, como olvidar esas veces en las que me masturbabas el corazón a dos manos, y como sentíamos orgasmos en el alma cuando nuestras miradas se encontraban. Tratando de olvidarte siempre logro lo contrario, mi mente se dirige a una de esas tantas escenas que vivimos juntos, ahí me encuentro, parado frente a ti esperando que tus labios se muevan para que mis oídos escuchen lo que hoy en día sólo pueden escuchar en mis recuerdos. Como olvidarte si mis ojos te ven en todas partes, siempre obligo a mis parpados a cerrarse rápido y fuertemente, pero mi mente esta traidora, esta empecinada en no sacarte de ahí, mostrándome siempre una imagen tuya, y ahí estas tan bella como la primera vez. Escribiéndote estas pocas letras no muy buenas ni bellas pero muy ciertas y sinceras, cayeron unas lágrimas sobre mi mejilla y otras sobre el papel, pesaban demasiado, estaban inundando el alma que tú solías mojar con tus miradas. Tratando de olvidarte otra vez te volví a recordar, y caí en la conclusión de que sólo trato de olvidarte porque sé que es la única manera de nunca olvidarte. Gracias mente traidora.

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Muero

Estoy sentado en mi propio charco de sangre,

cortando las venas de mi corazón,

con los ojos inundados de tristeza,

recordando como se suicidó nuestra relación,

Con tus manos llenas de mi cuerpo,

tus ojos repletos de mis miradas,

nuestros sueños corriendo por nuestra mente,

esos mismos que hoy están inertes.

Estoy muriendo,

tu ausencia es una enfermedad mortal,

no pongo resistencia,

si muero que sea por nunca dejarte de amar.

Tengo miedo,

al miedo de no volverte a mirar,

a los recuerdos que apuñalan mi ser ,y

a tu ser por no aparecer

Tengo presente tu ausencia,

recuerdo cuando aparecías en mi puerta,

eras la droga con la que perdía la consciencia,

mis manos se relamían los dedos, contigo todo era fiesta.

Soy el muerto,

que ya estando muerto sigue muriendo,

tu adiós fue la pistola que usaste en mí,

para desaparecer con el amor que te di.

Estoy triste.

Como lo puede estar el marino sin el mar,

el viento sin libertad, los solos sin soledad,

la muerte sin la vida, la sangre sin las heridas.

Rio mientras muero,

vivo cuando te recuerdo,

recuerdo que no estas y muero,

no se si dejarme morir o, luchar por vivir sabiendo que voy a morir.

Me decían, nadie se muere de amor,

tenían razón,

se muere es por desamor.

Las lágrimas ya no se asoman a mis ojos,

lloro por dentro,

como lo hacen los fuertes que asumen la muerte.

Mis días están contados, escucho tu voz,

otra vez me dices adiós.

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Entre tus piernas

Como ame el protocolo que seguíamos

antes de que tu cuerpo se uniera al mío,

antes de que tu carne se devorara toda mi carne.

Esas veces donde mis fantasías se hacían realidad,

esas donde entre tus piernas, me ofrecías barra libre de orgasmos,

como ame tus besos, esos que me cocían las heridas causadas por el arma de otro cuerpo.

Y también tu mirada, la que me decía te amos puros,

como extraño mis manos llenas de tu piel,

recuerdo que me lamia los dedos como si fueras miel.

Pasan días, semanas, y tu presencia aún sigue lejos de mí.

me doy cuenta que para ti sólo soy carne,

que sólo soy un objeto que carece de valor, y de mucho amor.

Y de repente vuelves, con miradas tiernas,

con manos repletas de caricias

con el objetivo de tatuarlas en mi cuerpo.

Yo vuelvo a caer en la trampa que son tus piernas,

en el engaño que es tu boca, en la mentira de tus palabras,

volvemos a hacer magia bajo las sabanas.

Te entrego mi corazón,

sabiendo que te lo llevas sin ponerle fecha de regreso,

mientras pasa el tiempo, con tus venidas que sólo vienen por mis venidas,

para que luego todo termine en tu huida.

Siempre estoy esperando que toques la puerta,

sabiendo que es la señal para amarte un rato,

y el inicio de tu nueva despedida,

esa que siempre deja una herida.

Cuanto quisiera que tu partida, no me partiera el alma,

cuanto quisiera que entre tus piernas, no me destruyeras la vida,

cuanto quisiera entender que sólo produces orgasmos,

pero que careces de la habilidad de amar.

Sólo te digo, que tal vez un día toques la puerta,

y yo no responda a la señal,

porque estaré curando mis heridas,

entre las piernas, de otra vida.

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