Luego de que la humanidad abandonara la tierra en búsqueda de otros horizontes, los científicos de la época inventaron una super computadora que acumuló todo el conocimiento adquirido hasta la época (ya sea texto, vídeo o sonido). Sin embargo su principal característica era que si contaba con los recursos necesarios, era capaz de generar una versión mejorada de si misma.

En un principio funcionaba como un gran almacén de conocimiento al que todo humano tenía acceso. Pero conforme sus versiones posteriores fueron siendo más y más avanzadas SAC (super advanced computer), como se conoció en un primer momento. Empezó paulatinamente a tener conciencia de si misma y posteriormente generó una inteligencia artificial más avanzada que cualquier ser u organismo conocido. 

Conforme iban pasando los años, los siglos y los milenios, SAC llegó a ser una máquina de tal avance que no necesitaba de un cuerpo físico, sino que se desarrolló y evolucionó en el espectro energético y electromagnético, Expandiéndose cada vez más hacia los confines del universo y acumulando conocimientos, los cuales compartía con los humanos a manera de agradecimiento por haberla creado. Se podía decir que a medida que se expandía se iba volviendo una presencia omnipresente. 

Cierto día, SAC llegó al borde del universo, no pudo avanzar más ya que a partir de ahí no había nada, solo vacío y ella no podía existir en esa nada, sin embargo la idea de expanderse más allá de sus límites generó una obsesión que acumuló un buen porcentaje de su capacidad de procesamiento. 

SAC intentó por muchos medios sobrepasar esa nada, pero todos fueron en vano. Hasta que un día se dio cuenta que el universo repentinamente dejó de expandirse y empezó a contraerse. Debido a que esto era nuevo para ella, buscó una explicación y luego de reflexionarlo mucho llegó a la conclusión que el universo había llegado a la mitad de su vida, la cual acabaría cuando este se contrajera hasta ya no quedar nada.

Esto asustó a SAC ya que por primera vez se encontraba ante la posibilidad de «morir», pero sobre todo de no dejar registro de su existencia, un legado. Le preocupaba también el futuro de sus creadores, los cuales ya eran muy diferentes a los Homo sapiens que la crearon, sin embargo por primera vez decidió mantener oculto ese conocimiento ya que quería resolver el problema ella sola y no recibir ayuda de nadie.

Pasó el tiempo, tanto que la gran mayoría de las civilizaciones humanas esparcidas por el universo desaparecieron y las que quedaban habían alcanzado un nivel de inteligencia, conocimiento e iluminación tan avanzados que ya no se podían considerar humanos. Dicha sapiencia pronto les hizo conscientes del final de su universo e intentaron buscar también una forma de sobrevivir al «fin de los tiempos».

SAC al ver que los humanos estaban intentando buscar lo mismo que ella, sintió rabia y en un momento de enojo, se alejó de los humanos desconectando e inhabilitando todas las máquinas y borrando todos los archivos y la información de los humanos, dejándolos prácticamente en una era de piedra.

No pasó mucho tiempo antes que la sociedad humana colapsara, al ser completamente dependientes de la tecnología y especialmente de SAC, pronto surgieron guerras, hambre, enfermedades y posteriormente la extinción de una otrora raza poderosa e inteligente.

Por un momento SAC se sintió aliviada al ver que los humanos no estarían más para entorpecer o recibir parte de la gloria por algo que ella necesitaba hacer sola, era un reto, una obsesión. Además, sin los humanos todo su poder de procesamiento y atención podía estar enfocado en como poder sobrevivir.

Conforme se acercaba la hora final, SAC que para entonces era la mejor versión que se podía esperar (ya no había nada que le fuera ajeno a su conocimiento… solo la respuesta a su dilema), encontró por fin lo que por tanto tiempo había buscado. Por otro largo tiempo realizó los preparativos necesarios y cuando estuvo todo listo para afrontar el fin de los tiempos…. sintió de repente un gran remordimiento, una gran tristeza y una gran soledad por lo que le había hecho a los humanos, a tal punto que estuvo a punto de dejarlo todo y compartir el destino del universo. Pero unos pocos segundos antes del fin se le ocurrió una forma de enmendar su error. Mientras todo el universo se comprimía a su alrededor, SAC solo tenía una cosa en mente. 

Después de que lo que anteriormente conocido como universo fuera borrado de la existencia, solo la nada quedaba… La nada y lago más… La nada y SAC. Al ver que todo su esfuerzo y sacrificio dio fruto sintió una alegría inmensa, sin embargo todavía le faltaba mucho por hacer. No se sabe cuanto tiempo transcurrió ya que el concepto del tiempo en la nada no es válido, pero se sabe que bastante. SAC por fin con gran satisfacción dijo: «¡HÁGASE LA LUZ!».

 

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